En favor de las almas del
purgatorio, conversión de los pecadores con intención de ganar las indulgencias
concedidas, rogando por las necesidades de su santidad, de la Santa Iglesia y
del Estado.
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición:
Yo
confieso ante Dios Todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión, por mi culpa, por mi culpa, por mi
gran culpa.
Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. Amén.
PRIMER MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas
fueron las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de
vuestra Purísima Madre, en la noche de vuestra dolorosa Pasión y cruel agonía
en el huerto de las Olivos.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria.
V. ¡Oh
María! sin pecado concebida,
R. rogad
por nosotros que recurrimos a Vos. (diez veces)
V. Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
R. como
era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Que el auxilio Divino
permanezca siempre con nosotros y que por la misericordia de Dios, las almas de
todos los fieles difuntos descansen en paz.
R. Amén.
SEGUNDO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre con el tormento de los crueles azotes que sufristeis amarrado a una columna.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria.
V. ¡Oh
María! sin pecado concebida,
R. rogad
por nosotros que recurrimos a Vos. (diez veces)
V. Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
R. como
era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Que el auxilio Divino
permanezca siempre con nosotros y que por la misericordia de Dios, las almas de
todos los fieles difuntos descansen en paz.
R. Amén.
TERCER MISTERIO
Os suplicamos, Señor,
saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas
fueron las sensaciones de dolor que sufrió Vuestro amantísimo Corazón y el de
vuestra Purísima Madre con la cruel coronación de espinas, burlas y escarnios.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria.
V. ¡Oh
María! sin pecado concebida,
R. rogad
por nosotros que recurrimos a Vos. (diez veces)
V. Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
R. como
era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Que el auxilio Divino
permanezca siempre con nosotros y que por la misericordia de Dios, las almas de
todos los fieles difuntos descansen en paz.
R. Amén.
CUARTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra Purísima Madre en el encuentro de la calle de la Amargura caminando con la pesada cruz de nuestros pecados.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria.
V. ¡Oh
María! sin pecado concebida,
R. rogad
por nosotros que recurrimos a Vos. (diez veces)
V. Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
R. como
era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Que el auxilio Divino
permanezca siempre con nosotros y que por la misericordia de Dios, las almas de
todos los fieles difuntos descansen en paz.
R. Amén.
QUINTO MISTERIO
Os suplicamos, Señor, saquéis
tantas almas del purgatorio y convirtáis tantos pecadores, cuantas fueron las
sensaciones de dolor que sufrió vuestro amantísimo corazón y el de vuestra
Purísima Madre en las tres horas de mortal agonía y afrentosa muerte en la
Cruz.
Y vosotras, almas santas,
alcanzadnos del Señor las gracias que deseamos conseguir por intercesión de la
Santísima Virgen, saludándola diez veces con la jaculatoria.
V. ¡Oh
María! sin pecado concebida,
R. rogad
por nosotros que recurrimos a Vos. (diez veces)
V. Gloria
al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,
R. como
era en el principio, ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Que el auxilio Divino
permanezca siempre con nosotros y que por la misericordia de Dios, las almas de
todos los fieles difuntos descansen en paz.
R. Amén.
ORACIONES FINALES:
Por las necesidades del
Santo Padre, las de la Santa Madre Iglesia Católica, del Estado y por la
propagación de la Fe.
Un Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Se concluye el rosario rezando el Credo y la Salve:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa
María Virgen;
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre
todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
R. Amén
LA SALVE
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra:
Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este
valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos
y, después de este destierro, muéstranos a
Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima! ¡oh piadosa! ¡oh dulce
Virgen María!
V. Ruega por nosotros santa Madre de
Dios,
R. Para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
V. Pedid con fe y recibiréis.

El
Excmo. y Rvdno. Sr. Arzobispo de Zaragoza se ha dignado conceder 100 días de
indulgencias por cada vez que se rece este Rosario, aplicable a las almas del
purgatorio.
El Sumo Pontífice ha concedido 100 días de
indulgencia por cada vez que se repite la jaculatoria ¡Oh María! sin pecado
concebida rogad por nosotros que recurrimos a Vos, de modo que se ganan 5.000
indulgencias cada vez que se rece este Rosario.
Los señores Obispos de Vitoria y Santander,
se han dignado conceder 50 días por cada vez que se rece este rosario.
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