Introducción:
Toda persona arrepentida en
vida, que muera en gracia de Dios, se salva, es decir no irá al Infierno eterno
(por la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo), sin embargo, esto no
quiere decir que al momento de la muerte sean conducidos directamente al
cielo. Muchos católicos cometemos,
desafortunadamente, pecados mortales durante nuestras vidas, pero aunque los
llevamos al Sacramento de la confesión, no hacemos satisfacción por ellos. San
Beda el venerable, opina que aquellos que pasan gran parte de su vida
cometiendo graves pecados y confesándolos en su lecho de muerte, pueden llegar
a ser retenidos en el Purgatorio hasta el Día del Juicio Final.
El Padre Loring, nos dice lo siguiente:
"Si te confiesas del pecado mortal, y se te cura la herida, ya no te condenas. Te han cerrado la herida, te han curado la herida; pero te han dejado una cicatriz. Los pecados perdonados dejan cicatrices, y de esas cicatrices te purificas en el purgatorio, antes de entrar en el cielo; porque en el cielo no puedes entrar con el rostro lleno de cicatrices. En el cielo hay que entrar presentable. El purgatorio es un tratamiento de belleza para el alma. Esa alma que está llena de cicatrices por todos los pecados mortales perdonados, pero que han dejado cicatrices. En el purgatorio, se purifican las cicatrices, se limpian las cicatrices, desaparecen las cicatrices. Y ya puedes entrar en el cielo presentable, que es cómo hay que entrar en el cielo.
San Pablo habla de que podemos ayudar a los difuntos. Pues si podemos ayudar a los difuntos, es a los del purgatorio. Los que están en el cielo, no necesitan ayuda. Y a los que están en el infierno, no les sirve de nada. Por lo tanto, si podemos ayudar a los difuntos, es a los que están en el purgatorio".
Las personas no se da cuenta de lo que es el Purgatorio. No conciben las espantosas penas, ni tienen idea de los largos años que las almas son retenidas en esa horrible etapa de purificación, sufriendo variadas penas. Todos los pecados, mortales o veniales, se acumulan por 20, 30, 40, 60 años de nuestras vidas. Todos y cada uno deberán ser expiados para después de la muerte.
Entonces, no es extraño que algunas almas tengan que estar en el Purgatorio por tanto tiempo, años, muchos años.
Una santa monja en Pamplona, se demoró bastante en librar a varias Carmelitas del Purgatorio, las cuales permanecieron allí por el término de 30 a 40 años.
¡Monjas Carmelitas en el
Purgatorio por 40, 50 o 60 años! ¿Cuál será el destino de nosotros que vivimos
inmersos en las tentaciones del Mundo, y con sus cientos de debilidades?
Pero ¿qué es el purgatorio?
Es un tipo de prisión en la cual casi todas las almas salvadas son sumergidas después de la muerte y en la cual sufren las más intensas penas de diferentes tipos, la mayoría de las veces con fuego purificador espantoso, nada comparado con el fuego terrenal que es como suave brisa comparado con el fuego del purgatorio.
San Agustín, el mas grande de todos los santos doctores, enseña que para ser purificadas de sus faltas previo a ser aceptada en el Cielo, las almas después de muertas son sujetas a un fuego mas penetrante y mas terrible que nadie pueda ver, sentir o concebir en esta vida. Aunque este fuego está destinado a limpiar y purificar al alma, dice el Santo Doctor, aún es más agudo que cualquier cosa que podamos resistir en la Tierra.
La extensión en tiempo por la cual las almas permanecen en el Purgatorio depende de:
a) El número de sus faltas;
b) La malicia y la deliberación con que éstas fueron realizadas;
c) La penitencia hecha, o no, la satisfacción hecha, o no, por los pecados cometidos durante la vida;
d) Y también depende de los sufragios ofrecidos por ellos después de sus muertes.
Lo que se puede decir con seguridad es que, el tiempo que las almas pasan en el Purgatorio es, por regla general, mucho más larga que lo que la gente puede llegar a imaginar. Es por eso que como un acto de caridad hacia nuestro prójimo, debemos rezar por nuestros parientes y amigos fallecidos y también por las almas que no conocemos y que padecen allí los más atroces sufrimientos.
Recordemos lo que dijo San Bernardino de Siena: “Que la Misa es el mayor bien que se puede ofrecer por las almas para librarlas y sacarlas del Purgatorio y llevarlas a gozar de su santísima gloria (la gente los llora en casa y los recuerda, eso de nada les sirve, ellos necesitan misas y oraciones).
No lloren tanto a los
muertos, recen por ellos. La coronilla que les entregamos a continuación tiene
en forma velada una serie de beneficios de gran ayuda a las Almas del
Purgatorio. Quien reza por ella, grandes beneficios obtendrá después de su
muerte.
CORONILLA EN AYUDA A LAS
BENDITAS ALMAS DEL
PURGATORIO
Primera decena:
En la cuenta grande:
Padre Eterno, te ofrezco la
preciosísima Sangre de nuestro adorado Jesucristo, con todas las Misas
realizadas en el mundo entero en el día de hoy por las benditas Almas del
Purgatorio, especialmente por el alma de ............
En las cuentas pequeñas:
V. “Sagrado
Corazón de Jesús,
R. en
Vos confío. (10 veces)
Al finalizar la decena:
V. Dales
Señor el eterno descanso
R. y
luce sobre ellas Vuestra Luz Eterna (3 veces)
Segunda decena:
En la cuenta grande:
Padre Eterno, te ofrezco la
preciosísima Sangre de nuestro adorado Jesucristo, con todas las Misas
realizadas en el mundo entero en el día de hoy por las benditas Almas del
Purgatorio, especialmente por las almas de todos nuestro familiares, amigos y
conocidos.
En las cuentas pequeñas:
V. “Sagrado
Corazón de Jesús,
R. en
Vos confío. (10 veces)
Al finalizar la decena:
V. Dales
Señor el eterno descanso
R. y
luce sobre ellas Vuestra Luz Eterna (3 veces)
Tercera decena:
En la cuenta grande:
Padre Eterno, te ofrezco la
preciosísima Sangre de nuestro adorado Jesucristo, con todas las Misas
realizadas en el mundo entero en el día de hoy por las benditas Almas del
Purgatorio, especialmente por las almas de todos los sacerdotes y religiosas.
En las cuentas pequeñas:
V. “Sagrado
Corazón de Jesús,
R. en
Vos confío. (10 veces)
Al finalizar la decena:
V. Dales
Señor el eterno descanso
R. y
luce sobre ellas Vuestra Luz Eterna (3 veces)
Cuarta decena:
En la cuenta grande:
Padre Eterno, te ofrezco la
preciosísima Sangre de nuestro adorado Jesucristo, con todas las Misas
realizadas en el mundo entero en el día de hoy por las benditas Almas del
Purgatorio, especialmente por las almas de aquellos que más tiempo llevan en
ese lugar de tormento.
En las cuentas pequeñas:
V. “Sagrado
Corazón de Jesús,
R. en
Vos confío. (10 veces)
Al finalizar la decena:
V. Dales
Señor el eterno descanso
R. y
luce sobre ellas Vuestra Luz Eterna (3 veces)
Quinta decena:
En la cuenta grande:
Padre Eterno, te ofrezco la
preciosísima Sangre de nuestro adorado Jesucristo, con todas las Misas
realizadas en el mundo entero en el día de hoy por las benditas Almas del
Purgatorio, especialmente por las almas de aquellos que están casi por
abandonar ese lugar de tormento.
En las cuentas pequeñas:
V. “Sagrado
Corazón de Jesús,
R. en
Vos confío. (10 veces)
Al finalizar la decena:
V. Dales
Señor el eterno descanso
R. y
luce sobre ellas Vuestra Luz Eterna (3 veces)
Oración final
"Animas santas, almas que estáis purgando, rogad a Dios por mí; que yo rogaré por vosotras; a fin de que cuanto antes se os conceda la gloria del Paraíso Celestial. Amén.
Por las intenciones del Santo Padre: el Papa (N...) y para obtener las indulgencias concedidas a esta oración, (que aplicamos por las benditas almas del purgatorio)
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
†
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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