EL SANTO ROSARIO POR LOS DIFUNTOS
V. Ave María Purísima.
R. Sin pecado concebida.
Por la señal de la Santa
Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del
Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Para que nuestra oración
pueda agradar a Dios, purifiquemos nuestro corazón, arrepintiéndonos de
nuestros pecados. Recemos todos juntos el Acto de Contrición.
Señor mío Jesucristo, Dios
y Hombre verdadero, creador y redentor mío; por ser Tú quien eres y porque te
amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido, propongo
enmendarme y confesarme a su tiempo; ofrezco todo cuanto hiciere en
satisfacción de mis pecados y confío en tu bondad y misericordia infinitas que
me perdonarás, por tu preciosa sangre y me darás la gracia para nunca más
pecar. Amén.
V. Abre, Señor, mis
labios.
R. Y mi boca proclamará tu
alabanza.
V. Dios mío, acude en mi
auxilio.
R. Señor, date prisa en
socorrerme.
V. Gloria al Padre, y al
Hijo y al Espíritu Santo.
R. Como era en el
principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén
Abre, Señor, nuestros
labios y limpia nuestros corazones de impertinentes pensamientos, ilumina
nuestro entendimiento con la Luz del Espíritu Santo, para que, atenta, digna y
devotamente recemos este Santo Rosario; pidiéndote por el eterno descanso de
nuestro hermano(a) N… Te damos gracias por la vida que le diste y muy
especialmente por las personas que estamos presentes.
¡Oh Dios!, que perdonas y
deseas la salvación de todos los hombres y mujeres, imploramos tu clemencia
para que, por la intercesión de María Santísima y de todos los santos concedas
a tu siervo (a) N… la gracia de llegar a la Vida Eterna. Amén.
Contemplamos, en este
Santo Rosario los Misterios…
MISTERIOS GOZOSOS
PRIMER
MISTERIO:
LA
ANUNCIACIÓN Y ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS.
(Lee Lucas 1, 26-38 ó Juan
1, 6-18).
Así como María aceptó con
valor y humildad la invitación a ser la Madre de Jesús, así también nosotros
tenemos que aceptar con sencillez y decisión el llamado de Dios a ser sus hijos.
Acordémonos de que se trata de un gran compromiso.
¡Oh, María, dulcísima,
consuelo de las almas!, este Misterio te lo ofrecemos por el gozo que tuviste
cuando, saludada por el ángel, te anunció la encarnación del hijo de Dios en
tus entrañas; por Él te suplicamos que el alma de nuestro(a) hermano(a) N… y
todas aquellas almas que están en el purgatorio, reciban alegres noticias de la
Gloria Eterna, a donde vayan a descansar. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
SEGUNDO MISTERIO:
LA
VISITA DE LA VIRGEN MARÍA A SU PRIMA SANTA ISABEL.
(Lee Lucas 1, 39-56 ó
Mateo 11, 2-10 ó Juan 1, 19-28).
Al saber que su prima
Isabel se encontraba en el sexto mes de su embarazo, de inmediato
María fue a visitarla para
ponerse a su disposición. Esto representa una gran lección para
nosotros: pues cuanto uno
más ama al prójimo, tanto más ama a Dios.
¡Oh, María, refugio de
pecadores!, este Misterio te lo ofrecemos por el gozo que tuviste
cuando, visitando a santa
Isabel, fuiste por ella reconocida como Madre de Dios, y por haber sido
intermediaria para librar de la culpa al niño Juan; por este gozo te suplicamos
que visites y consueles a nuestro (a) hermano (a) N... y a los que están en el
purgatorio para que intercedas por ellos ante tu Hijo. Te lo pedimos por
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
TERCER MISTERIO:
EL
NACIMIENTO DEL HIJO DE DIOS EN BELÉN.
(Lee Lucas 2,1-20 ó Mateo
2, 1-12).
¿Quiénes reconocieron en
aquel niño al Mesías esperado? María, José y unos cuantos pastores, gente
humilde que había puesto en Dios su confianza. Lo mismo pasará con nosotros: si
somos humildes y confiamos en Dios, sentiremos su presencia en nuestro corazón.
LA
PRESENTACIÓN DEL NIÑO JESÚS AL TEMPLO DE JERUSALÉN.
(Lee Lucas 2, 22-40)
Según la Ley de Moisés, a
los cuarenta días Jesús fue presentado al templo. En esto María y José nos dan
un ejemplo en el cumplimiento de sus deberes religiosos. También nosotros, si
queremos ser cristianos de verdad, tenemos que cumplir con la ley de Dios. No
podemos decir que no tenemos tiempo. Si el tiempo nos alcanza para las cosas de
este mundo, ¿por qué no tiene que alcanzarnos para las cosas de Dios?
¡Oh Purísima María, que
sin obligarte la ley de la purificación, presentaste a tu Santísimo Hijo en el
templo, con especial gozo de verle reconocido como Verdadero Dios! Este
Misterio te lo ofrecemos suplicando que nuestro (a) hermano (a) N... y todos
aquellos que están en el purgatorio, sean, por tu intercesión, purificados para
entrar en el templo de la gloria. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
QUINTO MISTERIO:
EL
NIÑO JESÚS PERDIDO Y HALLADO EN EL TEMPLO.
(Lee Lucas 2, 41-52).
Para Jesús lo más
importante era hacer la voluntad del Padre, por eso se quedó en el templo de
Jerusalén, sin ni siquiera avisar a María y a José. Esto nos quiere enseñar que
primero está Dios. Por lo tanto, nadie, por obedecer a los hombres, ponga a un
lado la obediencia hacia Dios.
¡Oh, María, seguro medio
para hallar a Jesús!, este Misterio te lo ofrecemos por el gozo que tuviste al
encontrar en el templo a tu hijo Jesús; por eso te suplicamos que nuestro (a)
hermano (a) N... y todos los que se encuentran en el purgatorio tengan, por tus
ruegos, el alivio de sus penas y lleguen a mirar a Jesús en el templo de su gloria.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
TERMINADOS LOS 5 MISTERIOS
SE REZA LO SIGUIENTE:
Oh Soberano Santuario,
Sagrario del Verbo Eterno.
Libra, Virgen, del
infierno, a los que rezamos tu Santo Rosario.
Emperatriz poderosa, de
los mortales consuelo.
Ábrenos, Virgen, el cielo,
con una muerte dichosa.
Y danos pureza de alma.
Tú que eres tan poderosa.
V. Padre nuestro, que estás
en el cielo; santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu
voluntad en la tierra como en el cielo.
R. Danos hoy nuestro pan de
cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que
nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal. Amén.
V. Dios te salve, María
Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto. En tus manos
encomendamos nuestra fe para que la ilumines y el alma de nuestro (a) hermano
(a) N... para que la salves.
Llena eres de gracia, el
Señor es contigo. Bendita Tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el
fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios
y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
V. Dios te salve, María
Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto. En tus manos
encomendamos nuestra esperanza, para que la alientes y el alma de nuestro (a)
hermano (a) N...para que la salves. Llena eres de gracia, el Señor es contigo.
Bendita Tú eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios
y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
V. Dios te salve, María
Santísima, Esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto. En
tus manos encomendamos nuestra caridad para que la inflames y el alma de
nuestro (a) hermano (a)
N...para que la salves. Llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita Tú
eres, entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
R. Santa María, Madre de Dios
y Madre nuestra, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
V. Dios te salve, María
Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad. Virgen concebida sin
la culpa del pecado original. Amén.
Dios te salve, Reina y
Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve, a Ti
llamamos los desterrados hijos de Eva; a Ti suspiramos, gimiendo y llorando, en
este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros
esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre. Oh clemente, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen
María. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de
alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Pidamos a la Virgen María
que interceda por el alma de nuestro hermano(a) N... y por quienes se están
purificando en el purgatorio, así como por los que aún vivimos, para que
alcancemos de Dios la resignación, el consuelo y la paz; invocándola con los
títulos más bellos, que durante siglos, el pueblo cristiano ha ido descubriendo
en su honor.
Letanía Lauretana
1.Señor, ten piedad de él /
ella
2.Cristo, ten piedad de el
o ella
3.Señor, ten piedad de el
o ella
4.Cristo óyenos, Cristo
óyenos
5.Cristo escúchanos,
Cristo escúchanos
6.Dios Padre celestial, ten piedad de él / ella
7.Dios Hijo redentor del
mundo,
8.Dios Espíritu Santo,
9.Santísima Trinidad, que
eres un solo Dios
10.Santa María, R. Ruega por él o ella
11.Santa Madre de Dios,
12.Santa Virgen de las
vírgenes,
13.Madre de Cristo,
14.Madre de la Iglesia,
15.Madre de la divina
gracia,
16.Madre purísima,
17.Madre castísima,
18.Madre virginal,
19.Madre inmaculada,
20.Madre amable,
21.Madre admirable,
22.Madre del buen consejo,
23.Madre del Creador,
24.Madre del Salvador,
25.Virgen prudentísima,
26.Virgen digna de
veneración,
27.Virgen digna de
alabanza,
28.Virgen poderosa,
29.Virgen clemente,
30.Virgen fiel,
31.Espejo de justicia,
32.Trono de la sabiduría,
33.Causa de nuestra
alegría,
34.Vaso espiritual,
35.Vaso digno de honor,
36.Vaso insigne de
devoción,
37.Rosa mística,
38.Torre de David,
39.Torre de marfil,
40.Casa de oro,
41.Arca de la alianza,
42.Puerta del cielo,
43.Estrella de la mañana,
44.Salud de los enfermos,
45.Refugio de los
pecadores,
46.Consuelo de los afligidos,
47.Auxilio de los
cristianos,
48.Reina de los ángeles,
49.Reina de los
patriarcas,
50.Reina de los profetas,
51.Reina de los apóstoles,
52.Reina de los mártires,
53.Reina de los
confesores,
54.Reina de las vírgenes,
55.Reina de todos los
santos,
56.Reina concebida sin
pecado original,
57.Reina elevada al cielo,
58.Reina del santísimo
rosario,
59.Reina de las familias,
60.Reina de la paz,
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo,
perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo,
escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas
el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Oremos:
Te rogamos, Señor, que nos
concedas a nosotros tus siervos, gozar de perpetua salud de alma y cuerpo y, por
la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, seamos librados de
la tristeza presente y disfrutemos de la eterna alegría. Por Cristo nuestro
Señor. Amén.
Bajo tu amparo nos
acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las súplicas que te dirigimos en
nuestras necesidades; antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen
Gloriosa y Bendita.
Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor
Jesucristo. Amén.
Por estos misterios santos
de que hemos hecho recuerdo, te pedimos, ¡oh María!, de la Fe santa el aumento;
la exhaltación de la Iglesia; del Papa el mejor acierto; de la Nación Mexicana,
la unión y feliz gobierno. Que el gentil conozca a Dios; que el hereje vea sus
yerros. Que todos los pecadores tengamos arrepentimiento. Que los cautivos
cristianos sean libres de cautiverio. Goce puerto el navegante y de salud a los
enfermos. Que en el purgatorio logren las ánimas refrigerio. Y que este santo
sacrificio tenga efecto tan completo en toda la cristiandad, que alcancemos por
su medio, el ir a alabar a Dios en tu compañía en el cielo. Amén.
ORACIÓN DEL SANTO SUDARIO
Antiguo recordatorio de
defunción de principios del siglo XX. En el reverso del mismo figura la
oración, llamada del santo sudario, y que explica la imagen.
Señor Jesucristo, que nos
dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la cual fue envuelto tu
cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz: concédenos,
piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los dolores y
angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a descansar
el alma de tu siervo (a) N… y todos los que están en el purgatorio, a la gloria
de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos. Amén.
Oremos:
Señor, concede a tus hijos
gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo y por la intercesión de la
gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y
concédenos disfrutar de las alegrías eternas, por Cristo nuestro Señor. Amén.
Pidamos a Dios, una vez
más, por el eterno descanso de nuestro hermano (a) N… y por las necesidades de
la Iglesia y el mundo entero.
A cada petición respondemos:
R. Te rogamos Señor.
Por todos nuestros
familiares y amigos difuntos, para que Dios limpie completamente su alma de
toda mancha de pecado y les conceda el descanso eterno.
Por todos los que están
por dejar este mundo, para que se arrepientan de sus pecados y entreguen su
vida a Cristo, como ofrenda agradable.
Por todos los que no
conocen a Cristo, para que Dios mueva su corazón y les conceda la oportunidad
de conocerlo y entregarse a Él, sin reservas.
Por todos nosotros, para
que estemos siempre preparados para el gran encuentro con Cristo.
Por los pastores de la
Iglesia, para que prediquen con valentía y autenticidad la Palabra de Dios y
así vayan despertando en los feligreses el sentido verdadero de la vida y de la
muerte.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Pidamos por nuestro (a)
hermano (a) N... a nuestro Señor Jesucristo, que ha dicho: Yo soy la Resurrección
y la Vida, el que cree en Mí aunque haya muerto vivirá y el que está vivo y
cree en Mí no morirá para siempre.
A cada petición respondemos:
R. Te lo pedimos,
Señor.
Señor, Tú que oraste en
la tumba de Lázaro dígnate enjugar nuestras lágrimas.
Tú que resucitaste a los
muertos. Dígnate dar la vida eterna a nuestro (a) hermano (a) N…
Tú que perdonaste en la
cruz al buen ladrón y le prometiste el paraíso, dígnate perdonar y llevar al
cielo a nuestro (a) hermano (a) N…
Tú que has purificado a
nuestro (a) hermano (a) N... con el agua del bautismo y lo ungiste con el óleo
de la confirmación. Dígnate admitirlo entre tus santos y elegidos.
Tú que alimentaste a
nuestro (a) hermano (a) N... con tu Cuerpo y tu Sangre. Dígnate también
admitirlo en la Mesa de tu Reino.
Y a nosotros que
lloramos su muerte, dígnate confortarnos con la fe y la esperanza de la vida
eterna.
Rezamos un Padre Nuestro,
Ave María y Gloria por las intenciones y necesidades del Santo Padre.
En el nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Devoción
extraída del Libro: “Ritual de Difuntos”, del P. Amado Ruíz Gordón
(Ligeramente
modificada
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